Situación de partida
Las TIC e internet son parte de nuestra vida, trabajamos, nos comunicamos, compartimos y aprendemos.
Pero, todos somos conscientes de la rapidez con la que todo evoluciona, la inexperiencia del entorno que provoca que exista un elevado riesgo de desarrollar hábitos de conducta poco saludables que lleguen a ser adictivos, afectando gravemente nuestra vida a todos los niveles (social, familiar, educativo y/o laboral).
Existen muchos estudios, mucha experiencia clínica que nos advierte de los riesgos para la salud, pero no hay consenso científico, “uso excesivo” o “ciberadicción” (transtorno de adicción a Internet).
Dado que este “uso excesivo” puede probar una vía de escape ante la “dificultad” de establecer relaciones sociales presenciales, ya que la red, nos proporciona el “anonimato” o “desinhibición”. Aunque, sin embargo, este nuevo “rol” desde el “uso excesivo” termina en estrés, problemas familiares, problemas de autoestima o ansiedad.
Aunque, es tal la importancia, que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, ha tenido en cuenta las adicciones a las nuevas tecnologías en la Estrategia Nacional sobre Adicciones y señala la preocupación creciente por el uso patológico de Internet, los medios sociales y las redes sociales, incluyendo la “adicción a las nuevas tecnologías” en el eje “Adicciones sin sustancia o comportamentales”.
Incluso, la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, la CIE-11 cuenta con una sección dedicada a los “Trastornos debidos a conductas adictivas” y en las que, en esta ocasión, diferencian entre “Trastorno por juego” y “trastorno por videojuegos”.
¿Qué es una adicción tecnológica?
“Uso excesivo” o “adicción”, podemos considerar la “tecnológica” como “una adicción no química o adicción sin droga, una conducta repetitiva que resulta placentera, al menos en las primeras fases, y genera una pérdida de control en el sujeto, más por el tipo de relación establecida con la persona que por la conducta en si misma, con una interferencia grave en su vida cotidiana, ya sea a nivel familiar, social o académico” de alguna forma se trata de una dependencia no relacionada con sustancias.
El Estudio “Jóvenes en el mundo virtual: usos prácticas y riesgos”, llevado a cabo por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud y la Fundación MAPFRE (fuente: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7871) determina que:
- “en Internet te arriesgas a que te hagan daño”, y genera el acomodamiento y aislamiento (pereza, aislamiento, desperdicio del tiempo…).
- el uso de Internet y redes sociales provoca que sermás desconfiados, impacientes, inconformistas, independientes, extrovertidos/as, prudentes e improductivos/as.
- Percepción de riesgo en Internet: el 70% entiende que los riesgos de acoso son “mucho más frecuentes de lo que se dice”.
Se reconoce que la “difusión de fotos o vídeos comprometidos” y “dar demasiada información sobre ellos/as mismos/as a gente que no conocen” son los principales problemas, dándose al menos en un tercio de la población.
El estudio llama la atención que el 34% afirma haber sufrido algún tipo de maltrato en Redes Sociales (“bromas personales que no gustan, actos de exclusión, insultos, amenazas…”), el 19,8% ha tenido problemas por contenidos que otros han enviado de ellos, y el 16,4% afirma que “alguien usó mi contraseña o mi teléfono para acceder a mi información”.
El estudio concluye que las Redes Sociales son nocivas “sobre todo para jóvenes aún en proceso de maduración, sin tanta capacidad de criba, y que en muchas ocasiones se pueden enfrentar a contenidos de difícil gestión sin el control o la supervisión de personas adultas”, apoyándose en los siguientes datos: el 38,1% ha visto, en el último año, “páginas donde la gente publica mensajes que atacan a ciertos individuos o colectivos”, el 33% reconoce haber visto “páginas donde la gente habla o comparte experiencias sobre el consumo de drogas”, el 28,6% webs “donde la gente habla sobre cómo estar extremadamente delgado/a”, el 24,5% ha encontrado “imágenes o contenidos explícitamente violentos o sexuales que me hicieron sentir mal”, el 23,2% ha detectado “páginas donde la gente habla sobre maneras de hacer daño a otras personas”, y el 21,1% “páginas donde la gente habla sobre maneras de autolesionarse, o incluso suicidarse”.
El 70,3% reconoce que es excesivo el tiempo que pasa en Internet, el 51,5% que considera desmesurado el tiempo que dedica a las redes sociales, el 49,1% afirma que “con alguna o mucha frecuencia” ha sentido que depende de Internet y/o las redes sociales.
Más de la mitad de los jóvenes reconoce que alguna vez ha necesitado “desconectar” porque han tenido la sensación de estar saturado por el uso de Internet y/o redes sociales.
Referente a hobbies y otros hábitos, aproximadamente la mitad reconoce que, debido al uso de las redes sociales, reducen el tiempo de lectura y estudio, y un 43,2% confirma que se reducen las horas dedicadas a dormir.
Unos pocos datos más
La última Encuesta sobre Uso de Drogas en Estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años de toda España (ESTUDES 2016/2017) también incluye un módulo específico sobre internet, juego y conductas relacionados, el dato más importante es que 1 de cada 5 jóvenes hace un uso abusivo de internet, y eso fue hace 3 años, imaginaos el aumento del uso debidos al COVID-19!
Conceptos Básicos
Para terminar este apartado, es importante tener en cuenta una serie de definiciones que comúnmente se encuentran relacionadas con el consumo de estupefacientes y que fácilmente pueden vincularse a nuestro tema:
- Uso. Manejo de la tecnología con un fin, cumpliendo unos objetivos concretos controlados.
- Abuso, Uso excesivo o uso compulsivo. Uso excesivo o indebido que conlleva perjuicios e incumplimientos de responsabilidades.
- Dependencia: Necesidad de usar las tecnologías pese a las consecuencias negativas.
- Abstinencia: Conjunto de sensaciones desagradables que aparecen ante la disminución o privación del tiempo de uso.
Nomofobia
El término es una contracción de la expresión en inglés “NO-MObile-phone phobia” y hace alusión al miedo irracional a salir a casa sin el móvil y se extiende a quedarse sin batería, sin cobertura, datos o saldo y, por supuesto, a perder el dispositivo. En definitiva, a no poder consultar las actualizaciones de los servicios de mensajería instantánea o las redes sociales y, por consiguiente, ‘perderse’ aquello qué está pasando.
Puede provocar sensación de aislamiento y desconexión y altos niveles de estrés, frustración, ansiedad y angustia.
En muchos ámbitos el término se usa también para describir la “adicción al móvil” en general.
REFLEXIÓN GRUPAL
Razona con los compañeros sobre el uso de Intenet y las Redes Sociales:
- ¿Consideras que le das un buen uso?, ¿un uso adecuado? o ¿abusivo?
- ¿A Qué actividades has reducido su dedicación debido al aumento del uso de Internet y Redes Sociales?